19/7/11

Accidentes con (La Sota)

Accidentes observados después de la vacunación con (La Sota).
   Cuando se vacunan todos los adultos en los primeros meses del año con las precauciones citadas más arriba, los accidentes postvaccíneos son raros o excepcionales. Los accidentes que yo he observado han sucedido siempre cuando la vacunación ha sido efectuada después del mes de julio. Los aficionados aplazan la vacunación hasta que comienzan a aparecer artículos alarmantes en los periódicos especializados. Entonces, de repente, cogen miedo y quieren vacunar lo más rápidamente posible los adultos y los pichones. Pero, en este preciso momento, el virus natural, aprovechando el verano para desarrollarse, y sirviéndose del aire como vehículo, comienza a desplazarse rápidamente para atacar a las jóvenes promesas todavía  frágiles o las adultas un tanto debilitadas por los esfuerzos físicos. Es el peor momento del año para nuestras palomas. Julio, agosto, septiembre y octubre son los meses privilegiado para la expansión del virus de la PMV. Se dan casos en todas las entidades, en numerosas colonias. Es evidente que, incluso en 1986, la lista de aficionados que todavía no han vacunado su colonia es todavía bien larga. Eso nos hace pensar que el colombófilo es un jugador. Juega con la salud de sus palomas como juega con su hoja de enceste. De año a otro, el aficionado (olvida) los problemas de salud que han presentado sus palomas el año precedente.
   Es con estos aficionados con los que se suele tener problemas en el momento de la vacunación. Vacunar con (La Sota) es administrar un virus atenuado pero vivo en el organismo de las palomas. Si esas mismas palomas están incubando la enfermedad porque están contaminadas por el virus natural, las reacciones vaccíneas pueden ser muy importante.

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