22/7/11

El cerebro

                                 El cerebro en la regulación térmica
   El cerebro es el principal responsable de la regulación térmica en nuestras aves, aunque la respuesta respiratoria depende del aumento de la temperatura del cuerpo considerando como un todo.
   De esta manera, si aumentamos experimentalmente 3 grados con relación a la temperatura normal del organismo, la respiración jadeante no aparecerá. inversamente, una temperatura corporal normalmente alta no puede poner en funcionamiento la respiración jadeante mientras la temperatura no puede poner en funcionamiento la respiración jadeante mientras la temperatura del cerebro no se haya apartado de la norma.
  Esta respiración acelerada depende pues del funcionamiento correcto de las partes del sistema nervioso que se encuentran bajo su dependencia.
 Si. experimentalmente, seccionamos los dos nervios vagos(nervios que recorren superficialmente el cuello cerca de las venas yugulares), el pollo, el pato o la codorniz son incapaces de tener una respiración jadeante por muy caliente que pongamos su organismo.
   Esto demuestra que la respuesta en todo esto depende de las señales que provienen de los receptores torácicos que están conectados al cerebro por los nervios vagos.
   Paradójicamente, la paloma puede jadear casi normalmente después de la sección de esos nervios. Su encéfalo es pues capaz de mantener el ritmo sin ninguna asistencia externa.
   Estas zonas torácicas son realmente capaces de provocar la respiración acelerada ya que se han podido estimular por medio de corrientes eléctricas débiles enviadas por finos electrodos y provocar el jadeo. 
   La finalidad de la respiración jadeante es doble. Como todo tipo de respiración, suministra a los sujetos una cantidad suficiente de oxígeno para el metabolismo y disipa el exceso de gas carbónico; en segundo lugar, extrae la suficiente cantidad de calor, por evaporación de agua, que evita una elevación peligrosa de la temperatura central.
   El tipo de respiración más provechosa para nuestras palomas es la respiración rápida y poco profunda. La oscilación rápida del aire en las vías aéreas y los sacos aéreos (donde se piensa que es donde se produce el máximo enfriamiento) suministra la ventilación necesaria a una evaporación suficiente.
   Una paloma de aproximadamente 450 gramos puede tener una respiración rápida de 600 movimientos por minutos.
    No hay que considerar como anormal el ver vuestras palomas (cloquear) encima del tejado inmediatamente después del vuelo, durante la buena temporada. Es el resultado, bien de un esfuerzo demasiado violento con falta de entrenamiento (palomas demasiado gordas), bien de una temperatura exterior demasiada elevada. No obstante, si se trata de uno o varios sujetos que repiten esos cloqueo diariamente, siempre será bueno hacerles un examen con el fin de verificar el estado de la garganta (tricomoniasis) y de los pulmones, ya que las afecciones del aparato respiratorio pueden, en cierto casos, exteriorizar los mismos síntomas.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario